Nuestro insigne catedrático de cabecera, don Javier Huerta Calvo, ha tenido a bien deleitarnos e instruirnos de nuevo, con gran despliegue de su portentosa erudición, en los temas de la cultura en general y de los museos en particular. Parece que le ha cogido gusto a la temática y, como reconocido experto en el teatro breve, pretende centrarse en el sainete y asumir el cargo, creemos que sin cartera, de azote oficial del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Astorga durante los próximos cuatro años o, mal que le pese, seguro que durante algunos más. Para que nadie se pierda esa brillante reseña crítica, “La estancia cerrada”, pueden ustedes localizarla en el enlace https://opinion.elbierzodigital.com/la-estancia-cerrada/

Si tuvieran problemas para localizarlo no desesperen porque también pueden localizar ustedes el artículo en el muro de Facebook de don Juan José Alonso Perandones que, presto y raudo, compartió el artículo de su compañero de fatigas en la ejecutiva de la “imparcial” Asociación de Amigos de la Casa Panero presidida por el propio Huerta, vice-presidida por el propio Perandones y, para que todo quede en casa, cuya secretaría está ocupada por otra gran conocida de la afición, la señora Rubio Martínez; como vemos, una asociación político-cultural en toda regla sin el menor pudor así que, señor catedrático, igual debería de taparse usted un poco o, al menos, quitarse el sombrero porque se le ve el plumero demasiado. Parece que le queda mucho tiempo libre porque eso de “ser un irredento elitista visitador de museos” sumado a lo de haberse convertido en un resentido y también irredento enemigo de aquellos que arrasaron en las municipales y no resultaron ser los de sus querencias ideológicas tiene que consumirle tantas horas como bilis.

Dice usted que las musas estarán cabreadas con el alcalde de Astorga, ¿usted cree que, por un cierre temporal para solventar “algunas cosillas” heredadas, las musas van a cabrearse con el señor alcalde después de que esas musas hayan recibido, si hablamos de la Casa Panero, más visitantes en tres días que los recibidos en toda su historia anterior?

Se le nota a usted, señor catedrático, bastante desconectado de la realidad astorgana y no solo por distancia sino también por otras circunstancias como las que le impedían al señor Rodríguez Zapatero saber cuál era el coste de un café en el bar del barrio o bien porque sigue usted solo las noticias de algunos medios y no de todos. Y es que decir que actualmente la distancia entre Astorga y nuestra ciudad vecina de la Bañeza se ha incrementado supone tanto desconocimiento de la actualidad como decir que Astorga está en declive. Por eso nos va a permitir un par de apuntes sobre ello. Mire, don Javier, hay comparaciones que son odiosas, don Antonio Colinas es Premio Nacional de Literatura pero, lo más importante, es que seguramente no encuentra usted en toda su creación literaria una sola referencia de menosprecio a La Bañeza, es más, tampoco a su vecina Astorga porque ahí está el “Canto frente a los muros de Astorga” que quizá sean las palabras más hermosas que se han dicho sobre nuestra ciudad; a buen entendedor pocas palabras bastan y ya puestos a largar. En cuanto a su atrevida afirmación “Astorga es una ciudad en declive” le reiteramos que vive usted bastante distante, por kilómetros y por lo que nos son kilómetros, o quizá se crea que las cosas siguen ancladas en la malhadada etapa anterior en la que todo era apatía excepto el derroche desmesurado de las arcas municipales en todo lo imaginable, incluso en caprichos personales, menos en el beneficio público como prioridad; unos seis meses han pasado desde el cambio y se cuentan más iniciativas en pro de la prosperidad que en los cuatro años anteriores juntos.

En cuanto al tema de la rentabilidad de la cultura planteado por don Manuel Arias Martínez y el manoseo posterior del mismo tema por su parte don Javier Huerta Calvo, no podemos estar más de acuerdo con el primero. La cultura no debe ser valorada por su rentabilidad jamás como no lo deben ser la asistencia social o muchos otros servicios cuyo fin debe ser el bien común sin que importe su rentabilidad; así es también en el caso de poner a disposición del progreso el suelo, como muy bien entiende y sabe nuestro actual alcalde con posturas muy alejadas de las del anterior que dejaron pasar trenes que, lamentablemente, ya no volverán o, quizá sí ahora que aquellas formas de desperdiciar oportunidades se encuentran felizmente en la oposición. Pero es que el tema del cierre de algunos museos, “temporal” sí señor catedrático, no está directamente relacionado con su falta de rentabilidad provocada, sin duda, por el sesgo y el favoritismo ideológico del anterior equipo de gobierno. Una cosa es la rentabilidad y su carente importancia a nivel cultural y otra muy distinta es la legalidad y hacer las cosas como es debido para que, aunque no sean rentables, tampoco supongan un lastre para las arcas públicas. Mire usted, señor Huerta, por encima de la cultura no está la rentabilidad desde luego pero sí está la legalidad y aquí las irregularidades han campado por sus respetos. Es por eso lo del “cierre temporal” necesario para los ajustes que requieren las “curiosas costumbres” del equipo de gobierno actual y su nueva forma de ver las cosas, esas menudencias de hacer contratos legales y no “a dedo” y tal y tal. Comprendemos que esto resulte un poco extraño y choque a muchos dado lo que está haciendo el PSOE a nivel nacional y lo que hizo a nivel local creyendo que las normativas y las leyes están ahí de adorno o para saltarlas de la manera que se nos ocurra.

Por otro lado, o por el mismo lado, nos habla el señor Huerta de dislates y falacias sobre elitismos, populismos y gramificaciones que, según insinúa son fantasmadas inexistentes lo cual se nota que no son tales con el tratamiento que le brinda al concejal de Fiestas, Borja González Garzón, para quien no tiene el mínimo respeto de referirse a él por su nombre ni una sola vez. Claro que esa falta de respeto parece muy lógica cuando se aprecia con nitidez lo escocido que anda el señor catedrático por el escrito de Borja. La verdad que esa inquina no acertamos a entender si es más porque un joven implicado haya osado subirse a las barbas del señor catedrático y contestar a sus excesos dialécticos o si le molesta en sí misma la juventud del concejal ocupándose de “asuntos de mayores” tan ilustrados o “despóticamente ilustrados” como el señor Huerta. Nos llama muchísimo la atención que el señor catedrático no tenga dudas respecto a la utilización de un “negro literario” cuyo escrito se habría limitado a firmar el concejal de Fiestas. Claro porque si don Javier no considera a Borja capaz de escribir un simple escrito de respuesta, tras su formación universitaria, no solo está dudando de las capacidades del concejal sino también de la profesionalidad de sus formadores que, por los caprichos del destino, son compañeros de profesión de este caballero. Luego entonces señor Huerta ¿está usted poniendo en entredicho la capacidad formativa de sus compañeros o también la suya?, ¿sus alumnos salen preparados para elaborar simples redacciones de un par de hojas con entidad o tampoco los suyos?, ¿considera que todos los jóvenes que usted instruye van a necesitar la colaboración de un “negro” tan “veterano” como el coñac del mismo nombre? Hombre don Javier, recuerde usted aquella campaña publicitaria de los JASP (jóvenes aunque sobradamente preparados) y confíe usted un poquito más en la juventud que usted mismo forma aunque, bien es verdad, que lleva algo de razón porque si revisamos la formación de algunos candidatos a ostentar el cargo de concejal en otras formaciones políticas, para usted más simpáticas, comprendemos su desconfianza la verdad.

Don Javier, con todo respeto, siendo usted una eminencia, no ha entendido en muchos aspectos el famoso escrito que le produjo escoceduras. Mire, Borja nunca estableció una comparación con el primer museo nacional por muy “largo plumear” que le quiera usted achacar sino que, como usted sabe muy bien, tan solo le hizo ver que dicho primer museo nacional también desarrollaba actividades relacionadas con Halloween y que ningún insigne catedrático se rasgaba las vestiduras por ello.

Muy ilustre señor catedrático, estos “politiquillos de tres al cuarto” -como osa usted llamarnos desde su pedestal de “despotismo ilustrado” a nivel cultural- ni pretenden ni han pretendido nunca sumergir al Museo Casa Panero en la “nadería” o en el ostracismo que parece que suena mejor. Antes bien estos “politiquillos de tres al cuarto” le han dado una utilidad al precitado museo más allá de la que venía teniendo durante años tal cual era el uso y disfrute del mismo por parte de unos pocos para promocionar “su” cultura, mayormente subvencionada y politizada que, como todo aquello que se carga del componente ideológico, suele interesar tan solo a unos pocos. Hoy podemos decir que, desde inicios de noviembre, hay una gran cantidad de ciudadanos que conocen por dentro el Museo Casa Panero pues, al hilo de otra actividad, se les proporcionó una buena excusa para conocerla y aprender a disfrutar de ella como propiedad pública y superar la manía que les causa el hecho de que les costara un ojo de la cara.

Con su permiso, o sin él, señor Huerta Calvo, estos “politiquillos de tres al cuarto” vamos a seguir dando a la gente posibilidades de conocer y de utilizar ese Museo Casa Panero que es suyo, aunque a usted y a otros les pese.

“En concluyendo esta carta…”, acudiendo al Tenorio como usted hace, le insistimos que damos la razón a Manuel Arias en sus opiniones sobre desligar la rentabilidad y la cultura pero a usted le queremos significar que hay algo mucho más detestable que ligar rentabilidad y cultura como es hacer política con la cultura y eso, querido catedrático, es algo que en Astorga hemos padecido durante cuatro largos e interminables años.

Finalizamos concediéndole razón en una cosa don Javier, para que vea que no discrepamos en todo, “nuestro país está viviendo horas muy críticas y de gravedad inusitada” así que, como se ve que es usted muy cercano ideológicamente a quienes han provocado esa situación, le rogamos encarecidamente que se sume a los disidentes y les conmine a seguir otro rumbo menos oneroso para nuestro país. Un abrazo.